El paso de los años comporta una disminución de la movilidad articular y de la cantidad de tejido adiposo (grasa). Estos dos factores hacen que los problemas de apoyo en el pie se agudicen, provocando lesiones en la piel o dolores articulares (durezas, callos, inflamaciones).
Con un tratamiento ortopodológico (plantillas o ortesis digitales) se pueden evitar estas lesiones o mejorarlas consiguiendo un mejor equilibro del pie y de las demás estructuras del cuerpo. Los pies bien equilibrados y sanos permiten pasear sin sufrimientos, cuestión imprescindible para mantener un buen estado general.